miércoles, 3 de mayo de 2017

Articulo "El estado y la construcción de identidad: papel de la escuela"


Hablamos de cambios en la escuela cuando se modifica el objetivo y por lo tanto los contenidos. Sin embargo hay algo que no cambia que es continuo y creo que eso es el objetivo social, es decir, la función social, la formación del alumno para lo que socialmente hablando se espera de él
La escuela además de tener un carácter pedagógico se ocupa de la socialización y la construcción de sentidos de identidad para la configuración de sujetos morales que se conforman como tal en la interacción y confrontación continua con sus pares, sus maestros y otros agentes de socialización, alrededor de temáticas conflictivas consideradas como problemas morales, construcción de normativas y valores propios de la convivencia, argumentación y contraargumentación frente a las sanciones normativas en donde se asume responsable y  comprometida la toma de decisiones y sus consecuencias, asumiendo actitudes desde una perspectiva basada en el respeto y la responsabilidad.
Para Echavarria (2003) las interacciones sociales juegan un papel preponderante pues las personas morales justo se hacen en la interacción y la confrontación continúa con sus pares, sus maestros y cualquier personaje dentro de la escuela, por lo que el hecho de pensar en interacción es pensar en convivencia, confrontación o sea interacción.
Según Perkins (2001, p.18) citado por Echavarria (2003) la formación plantea tres metas: la retención, la comprensión y el uso activo del conocimiento. Por lo que formación es el conocimiento generador cuyo propósito es ser no acumulativo sino actuado por medio del que se enriquece la vida de las personas y se les ayude a comprender el mundo y a desenvolverse en él. Se trata pues de desarrollar la mente de los educandos, de enseñarles a vivir, de aprender no solo de los libros sino de la vida, de producir cambios mentales orientados a que cada persona aprenda por sí mismo acerca de sí mismo.
La socialización es el proceso a través del cual los seres humanos aprenden e interiorizan las normas y los valores de una determinada sociedad y cultura. Dicho lo anterior considero que a diferencia de la socialización, la formación es más consciente en tanto que se aprende no solo de los libros sino de la vida y produce cambios mentales para que la persona aprenda de si, mientras que en la socialización solo se interiorizan normas y valores sin cuestionarlos.
La construcción de la identidad es el proceso a través del cual los sujetos, hombres y mujeres, se hacen individuos únicos, negocian sus diferencias con otros y   constituyen marcos comunes que les permiten cohabitar conjuntamente en un espacio cotidiano, histórico y cambiante. La identidad se construye mediante la actividad educativa que plantea una acción ligada al lenguaje en donde la pregunta ¿quién eres tú? contiene una biografía y una historia ubicando el propio actuar en el presente para reconocerse como una historia cambiante, impredecible y que se conceptualiza y al mismo tiempo permite en la interacción, delimitar de manera clara, lo subjetivo propio del individuo y lo objetivo propio del mundo consensuado.
Si partimos de la propuesta de Habermas citado por Echavarría (2003) sobre la identidad, la escuela debería pensarse no solo como centro de conocimiento del saber y el aprendizaje, sino como escenario de socialización, cuyo propósito sería responder a la pregunta del resultado de la relación entre el sujeto que educa, el proceso democrático a través del cual se educa, la intensión formativa para la que se quiere educar y la estructuración institucional que se debe configurar para favorecer dicha formación.
En otras palabras existe una relación estrecha entre la identidad y la formación ciudadana y es que al conformarse la identidad dentro de un proceso democrático que es el ambiente en el que se educa así como la intensión formativa y la estructuración institucional se genera una formación (arriba definida) de la persona y por lo tanto una formación  ciudadana puesto que la formación es para la vida. De aquí que para el Estado surge la necesidad sentida de institucionalizar el dicho proceso educativo.

REFERENCIAS.
Echavarría,  C. (2003). Documento. La escuela un escenario de formación y
                  Socialización para la construcción de    identidad moral, en: Revista
                  Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, Julio – 

                  Diciembre, Vol.  1, No 002, Universidad de Manizales, Colombia,  2003.

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